26 marzo, 2006

Sapiente Lengua

VII

Es la palabra volador insecto
silente en el espasmo de su altura,
y es el poeta un hábil arquitecto
que forja con la mosca su estructura.

Es la palabra veleidoso fruto
desdeñador, mas finalmente asible,
y es el poeta el Tántalo, el Enjuto
para quien el hastío es ya posible.

Yo escribo sin beber de Inspiración,
sin encumbrar el nombre de Razón,
mas apelando al natural instinto.

Soy Dédalo y éste es mi Laberinto.
Con la sapiente lengua cojo, atrapo
la palabra con ímpetu de sapo.


Sapiente Lengua fue el primer libro publicado por Lorenzo Helguero, uno de los más destacados representantes de la Generación del 90 en la poesía peruana y cuyo gran talento contrasta con su voluntario apartamiento de cualquier participación mediática. El poema citado pertenece a una serie de 24 sonetos que conforman un manifiesto estilístico y de disidencia en una época claramente dominada por el verso libre e irrestricto. La temática de sus composiciones alterna entre las mujeres y el sexo, la poesía y -por sobre todo- lo difícil de la labor poética. Sin aspavientos de ninguna clase ni afectaciones estilísticas, cada uno de estos sonetos logra combinar de forma distinta un lenguaje lúdico con perspicaces observaciones para un poeta que en 1993 recién iniciaba su obra.

En el soneto VII, el primer cuarteto sirve para establecer la idea de renuencia que posee la palabra al momento de pretender reelaborarla en construcción poética, sirviendo la imagen de volador insecto como clave para comprender el significado posterior de la sapiente lengua. En el segundo cuarteto interviene la figura de Tántalo, hijo de Zeus condenado a permanecer en un lago con el agua hasta la barbilla y frutos colgando de una rama por encima de su cabeza, los cuales se replegaban al tratar de aproximarse a ellos; éste ilustra la manera cómo el autor entiende al poeta, personaje proscrito a permanecer tan cerca de la palabra apropiada, del término que abarca la idea evasiva que finalmente llega a alcanzar, siendo el tedio resultado paradójico del triunfo sobre esta dialéctica.

El primer terceto refiere a partir de negaciones el modo en que se da la composición poética, surgiendo un contraste entre el ejercicio intelectual y una actuación natural -casi fisiológica- en el poeta (es notorio que en los últimos versos se refiera a éste como un sapo extendiendo su lengua al volador insecto). Empero, esto no implica una concepción de simplicidad en la labor poética, pues encontramos luego un paralelo entre ella y el Laberinto de Dédalo (su mayor obra y a la vez su condena), reconociéndole un carácter de cuidadosa planificación y desarrollo (el tercer y cuarto verso del poema anticipan esta relación con la arquitectura).

Sin duda una obra interesante y orgánica, la cual encontraría un cambio en el registro de voz por cada nueva entrega del autor, permitiendo una renovación tanto temática como estructural en cada uno de sus libros.

1 Comments:

At setiembre 21, 2006 4:11 p. m., Blogger anónimo 4 said...

Me encantan este tipo de análisis literarios. Qué bueno que hayan críticos así en Lima.

 

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